La comunidad de montes de la parroquia de Torroso, en Mos (Vigo), ha reclamado en el juzgado al Concello la titularidad de los terrenos donde estaba ubicada la empresa Granitos Ibéricos (Grayco). Esta fábrica de granito estuvo operando en los mismos de 1955 hasta el año 2012 que se trasladó a Porriño. Desde entonces el edificio ha sido objeto de robos y vandalismo y se encuentra ahora totalmente en ruinas.
El Ayuntamiento de Mos ha valorado la vieja fábrica en casi un millón de euros.
Los comuneros piden que el Ayuntamiento les proporcione una parcela libre de 7.025 metros cuadrados y así los han presentado ante el juzgado. Los comuneros arguyen que estas parcelas pertenecen al monte Cerdedelo, que son parte integrante e inseparable de los montes vecinales de mano común que han sido aprovechados desde «tiempos inmemoriales por los vecinos».
El Concello de Mos sostiene que los vecinos de Torroso no pueden reclamar la nave porque los terrenos donde se halla «no forman parte del monte Cerdedelo de Torroso sino del monte Cotiño de la parroquia de Dornelas».
El Ayuntamiento mosense ha explicado en el juzgado que en 1955 la Administración local arrendó una parcela en el monte Cotiño a Andrés Mariño Frade para instalación de «una marmolería, labrado de piedra de cantería y piedra de granito abrillantado». El contrato se firmó por una vigencia de 15 años y en 1977 se prorrogó por 25 años más con la empresa Grayco, constituida por Andrés Mariño.
El Concello amplió el contrato de alquiler para que el empresario pudiese amortizar la inversión. Según el Concello, los comuneros de Torroso no han acreditado que los terrenos les pertenezcan.
Tras la intervención de un perito judicial se ha determinado que, en realidad, la nave tiene 2.815 metros y que está construida sobre una parcela de 7.205. Según el perito judicial Manuel Abelleira, el valor de la nave es de tan solo 534.157 euros, casi la mitad de lo que dice el Concello. Aún así los vecinos consideran que no vale tanto, por lo que no están dispuestos a pagar esta elevada cantidad.
El problema de este pleito es que estos terrenos no fueron clasificados en su día por el jurado de montes de Pontevedra como montes vecinales de mano común. La letrada Cristina Bugarín, del despacho de Calixto Escariz, trata de convencer a los tribunales de que el suelo que reivindican sus clientes legítimamente les pertenece. «El Ayuntamiento de Mos no tiene títulos de posesión de estos terrenos», señala Camilo Grandal, presidente de la comunidad de montes. «Esto en su día se lo arrebataron a nuestros antepasados», apunta Adelio Lago, secretario de la comunidad de Torroso.
Fuente: La Voz de Galicia.