Las transacciones comerciales entre Castellón y Reino Unido no parecen pasan por su mejor momento, tal y como reflejan los datos de las exportaciones correspondientes al primer semestre del año.
Las ventas de la provincia al Reino Unido caen un 21,85%, rompiendo la tendencia al alza de los últimos ejercicios. Sin ir más lejos, la subida en el conjunto del 2018 fue del 65,2%. Entonces no se sabía cómo se iba a aplicar la salida de Europa, y el tráfico de mercancías se desarrollaba dentro de la normalidad más absoluta.
En cuanto al ránking de países a los que más exporta la provincia, después de Francia, el Reino Unido solía situarse en la segunda posición. Los seis primeros meses del 2020 bajan hasta el quinto puesto.
La producción del clúster azulejero de Castellón sigue siendo de lo más vendido a este país, aunque con descensos considerables. La cerámica baja un 26,3%, mientras que fritas y esmaltes experimentan un retroceso del 49,%.
Para remontar la situación y tratar de adelantarse al horizonte que se presenta a partir del 1 de enero, la Cámara de Comercio de Castellón ya tiene establecidos una serie de contactos con la cámara de Manchester, a fin de saber de primera mano cuáles pueden ser las necesidades a las que deberán enfrentarse los empresarios de la provincia para seguir teniendo cuota de mercado. Desde el área de internacionalización, Joaquín Andrés menciona que este tipo de negociaciones para cerrar unas reglas de juego estables «ya eran complicadas con un plazo de 11 meses, pero todavía se han dificultado más con lo ocurrido por el coronavirus».
Hasta ahora, la normativa que regía a estas exportaciones era la comunitaria, sin aranceles y con una gran simplificación burocrática. En cambio, ahora pasará a ser considerado como un país tercero, por lo que existe el riesgo de cuello de botella a la hora de aplicar trámites administrativos. Algo que supone dedicar más tiempo, y por tanto, un coste adicional.