Varios segmentos de empresarios de la industria de la piedra que exportan a mercados europeos ha tenido que buscar alternativas al transporte marítimo para sortear los paros llevados a cabo por los trabajadores de la estiba. Así, los portes de mercancías de pizarra gallega desde la cantera por vía terrestre han aumentado en la última semana pese a que los costes son superiores a la ruta marítima. Este desvío ha sido confirmado por diferentes empresas de transporte y por firmas como Cupa Pizarras que ha optado por esta alternativa de forma puntual para pedidos en el centro-sur de Francia y «cuando el plazo de entrega es capital para el cliente», informan desde el departamento de Comunicación de la empresa.
En el caso de las compañías de piedra natural de la Comunidad Valenciana, cuyos mercados de exportación son Norte de África, Estados Unidos o Sudamérica, han tenido que sufrir los contratiempos de los parones que se han materializado sobre todo en retrasos en la carga de contenedores, en la salida de los barcos y en algunos casos, incluso en la escasez o poca disponibilidad de contenedores, como explican desde Mediterránea Stone.
Para Romanense de Mármoles la huelga de estos dos últimos días va a suponer un retraso importante, de hasta quince días, en la carga de mercancía que tenía prevista para esta semana. “Estos retrasos afectan también a los próximos pedidos ya que si el cliente tarda en recibir el material, tardará también en hacer un nuevo pedido”, explican desde la empresa.
Sin embargo, las grandes perjudicadas con estos paros son las empresas de transportes que trabajan para empresas de piedra natural como es el caso de Grupo Salgar con un 15% de clientes en el sector y que afirma que estos dos días de huelga les han supuesto pérdidas por valor de 140.000 euros. La misma situación la vive la empresa Anymore Transport con un 30% de clientes en el sector para los que hace el servicio de la cantera al puerto de Valencia.
Los estibadores lograron paralizar la actividad de la red de puertos españoles en la primera jornada de la huelga de 48 horas ininterrumpidas que iniciaron a las 8.00 horas de este miércoles, dado que el paro registró un seguimiento masivo, del 98,3% de estos trabajadores, según Puertos del Estado, un porcentaje que los sindicatos elevan hasta el 100%.
El paro está convocado por los sindicatos de la estiba (Coordinadora de Trabajadores del Mar, CC.OO., UGT, CIG y CGT) ante la falta de acuerdo con la patronal Anesco en la negociación abierta para pactar un nuevo convenio tras la reciente reforma del sector aprobada por el Gobierno.
La huelga podría suponer un factor de presión en la negociación entre los sindicatos y las empresas de estiba, que además tienen convocada una asamblea para este viernes con el fin de analizar precisamente la marcha de la negociación colectiva.
La reivindicación de los sindicatos de que, tras la reforma del sector, se garantice el mantenimiento del empleo para todo el colectivo de estibadores sigue constituyen el principal escollo del conflicto, que se prolonga ya cuatro meses.
La patronal se aviene a este compromiso, pero si previamente se realiza un ajuste en el colectivo de estibadores mediante prejubilaciones anticipadas y se pactan “puerto por puerto” medidas que mejoren la operativa de la estiba.
Los sindicatos piden también participar en la formación de los futuros estibadores y que las empresas se comprometan a participar en los centros portuarios de empleo (CPE), las ETT’s en que se convertirán las sagep, firmas de las que hasta ahora dependían los estibadores.
De su lado, Anesco reclama su derecho “ostentar la dirección, control, organización y libre contratación de sus trabajadores, según ocurre en el resto de sectores económicos”.
Hasta ahora, las pérdidas por las huelgas son de 36 millones de euros, según cálculos del Ministerio de Fomento. A ello se suma el desvío de tráfico a terceros países, como Marruecos, ante la paralización de la actividad en algunos puertos nacionales.
El paro afecta a un sector clave de la economía, el de la carga y descarga de los barcos en los puertos, las instalaciones por las que cada año pasan el 86% de los productos que entran en el país y el 60% de los que se exportan, en total, mercancías valoradas en unos 350.000 millones.