Tabuenca & Leache Arquitectos han quedado finalista en la V edición del Premio Internacional de Arquitectura Sacra, destinado a premiar las mejores iglesias cristianas construidas en el mundo en los 10 últimos años. La Iglesia y Centro Parroquial de San Jorge en Pamplona (Travesía Sandúa, nº 2), promovida por el Arzobispado de Pamplona.
El nuevo complejo parroquial está conformado por dos edificios. En el principal, paralelo a la avenida de San Jorge se encuentra el templo con capacidad para 450 personas y una capilla destinada al culto diario, para 100 personas. Y en las tres plantas del segundo edificio, alineado con el paseo de Sandúa, se encuentran varias salas para reuniones, catequesis y grupos, y la vivienda de los sacerdotes destinados en la parroquia.
Los arquitectos prescribieron piedra natural para este proyecto. Concretamente alabastro para las vidrieras que fue suministrado por la empresa Aljuna.
Otros materiales utilizados:
Muros:Hormigón autocompactado in situ, con aislamiento intermedio (17,5+5+17,5) suministrador por Construcciones VDR
Pavimento: Terrazo: Baldosa micrograno, base negra, acabado pulido, e: 3cm suministrado por Pavimentos Navarra
Memoria del proyecto
El programa contemplaba la construcción de una iglesia para 400 personas, dentro de la cual, una capilla pudiera permitir el uso diario para 100 personas. El centro parroquial se completó con despachos, salas para usos diversos, aulas de catequesis, dos viviendas para sacerdotes y una habitación para invitados.
El planeamiento urbanístico preveía la implantación del edificio en el centro de un espacio rodeado por edificios de viviendas que alcanzan alturas de hasta ocho plantas: Una situación anodina difícil de lidiar. Dicho emplazamiento desaloja dos subplazas a ambos lados del solar. La relación con estas plazas y su conexión fueron el punto de apoyo a la hora de proyectar el edificio.
La iglesia se levanta perpendicularmente a la principal avenida del barrio, siguiendo la secuencia de los edificios que la acompañan, asumiendo así unas reglas que le ayuden a ocupar su emplazamiento con naturalidad y discreción. Un amplio atrio cumple las funciones de vestíbulo exterior, poniendo en relación las plazas mencionadas, añade un interesante episodio urbano para quien simplemente lo atraviesa, y sirve de punto de encuentro y recogimiento como paso previo al ingreso en el templo, conectando éste a su vez con el centro parroquial. En este último, las casas de los sacerdotes se han situado en la planta superior. Un patio elevado que recorre toda la longitud de la fachada permite iluminarlas sin problemas de privacidad.
Tres piezas (atrio, templo y centro parroquial) que se funden bajo una piel e imagen única, confieren al conjunto un cierto carácter de iglesia-fortaleza que trata de defenderse de lo que la rodea, pero también de crear un telón de fondo neutro como contraposición al entorno edificado.