Un bloque de mármol crema marfil de 14.000 kilos de peso se precipitó a las 8.55 horas de ayer sobre la carretera y parte de la acera del puente de la Estación de Novelda por el que se accede a la localidad desde la autovía de Madrid. No hubo ningún herido y en el aparatoso suceso sólo se vio implicado el camión que transportaba la piedra desde el monte Coto de Pinosohasta una de las factorías de Levantina en Novelda.
Al lugar acudieron varias dotaciones de la Policía Local y Guardia Civil cuyos agentes, dirigidos por el intendente jefe Juan Carlos Escolano, desviaron el tráfico a través del vial del río y dieron paso alternativo por el único carril que quedó libre, lo que generó retenciones en este transitado punto de la N-325 hasta las 11.30 horas y un corte total de vía de 15 minutos mientras una potente grúa y un torito mecánico retiraban el bloque y los trozos en los que se fragmentó tras el impacto contra el suelo.
El propio conductor del camión, un autónomo de Elda de 43 años que se encontraba muy preocupado por lo ocurrido pero muy aliviado por el resultado final, explicó a este diario, todavía nervioso, la causa del siniestro. «Al tomar la curva de derecha del puente -curva, por cierto, muy cerrada- las ruedas de atrás se me han subido al bordillo y al bajar el impulso ha hecho añicos la eslinga -cable de acero que sujeta la carga- saliendo el bloque despedido por la propia inercia hacia el lado izquierdo».
El camión no se vio afectado pero la carga se desplazó más de diez metros antes de precipitarse sobre el puente, lo que provocó el hundimiento parcial de la acera y varios socavones profundos en el asfalto. De hecho, en un primer momento se llegó a temer que el violento impacto hubiera dañado las dos tuberías que pasan por debajo del puente y que conforman la principal red de suministro de agua potable de la población. Sin embargo, no se apreciaron restos de fuga aunque los técnicos de la empresa concesionaria tenían previsto hacer un examen más minucioso a lo largo del día de ayer.
El bloque todavía pudo ser aprovechado en la factoría y, curiosamente, otro más pequeño que iba cargado a su lado en el remolque del camión ni siquiera se movió.
Pese a producirse el suceso en la hora punta de los colegios y tratarse de una zona urbana concurrida, por fortuna en ese momento no pasaba ningún peatón por el puente ni ningún vehículo circulaba en sentido contrario. En tal caso el resultado hubiera sido trágico.