Roberto Calvo comenzó en Tecnomármol en 1997 con la tarea de hacer una labor comercial con las tiendas de cocina y para encargarse de las mediciones. Ese mismo año, los propietarios de la firma le ofrecieron entrar como socio ocupándose de la gestión de este taller juntos con otros dos partners.
El 85% del negocio de Tecnomármol (Rincón de Soto, La Rioja) está centrando en la fabricación de encimeras, realizando de forma más residual obra y trabajos de cementerio.
El 90% de sus clientes están en La Rioja y Navarra, aunque cuenta también trabajan con importantes clientes en Zaragoza y Soria.
El cambio de instalaciones a una nueva nave de 1.000 metros cuadrados, a solo 100 metros de su antigua ubicación, fue el principal aliciente para plantearse un cambio de tecnología en el taller.
“En la nave vieja teníamos una Canigó y una Gadia, no tenía sentido mudarnos y llevarnos la maquinaria vieja”; explica Roberto. Así, una de las primeras decisiones fue comprar una cortadora por control numérico Jet 625 de la marca Donatoni.
“Veía que toda la competencia había comprado este modelo de cortadora y que no tenían problemas. Hablé con los marmolistas que la tenían y todos impresionados por el funcionamiento. Además, Jose Pasadas se iba a ocupar tanto de la instalación como del mantenimiento y eso me daba mucha confianza”, explica Roberto.
Aunque hace solo unas semanas que están trabajando con la nueva cortadora Donatoni, y es la primera vez que lo hacían con un control numérico, Roberto destaca que es muy intuitiva y que cualquiera podría trabajar con ella. “Es muy sencilla de usar y vuela cortando, en cinco minutos te corta una encimera”.
En las nuevas instalaciones de Tecnomármol, además de la nueva cortado han instalado un puente grúa, unos extractores de polvo y han realizado canalizaciones para el trabajo con agua de los operarios.
“Estamos planteándonos comprar otro centro de mecanizado. Tengo claro que hay que estar preparado mecánicamente para ser competitivo en el mercado”, sentencia.