El Bulgari Resort de Dubai lleva cinco meses abierto y ya es visita imprescindible en la ciudad y sin duda una ejemplificación de la puesta en valor de los mármoles italianos y exóticos. El Bulgari Resort se levanta sobre una isla artificial con forma de caballito de mar en la bahía de Jumeirah, entre los rascacielos y su playa privada que lo convierte en uno de los más caros del mundo.
La lista de méritos de este boutique resort parece tan interminable como su formidable despliegue de detalles cuidados al milímetro, que abarcan desde el diseño de las fachadas del edificio pasando por los exteriores.
Aunque las villas son espectaculares, con sus jardines y piscinas privadas, todo el resort es de factura impecable. Su diseño, como el resto de los Bulgari, se debe al reputado estudio de arquitectura italiano Antonio Citterio Patricia Viel. En contraste con los omnipresentes hoteles rascacielos de Dubai, la discreta arquitectura baja de la propiedad, realizada en mármol blanco de Carrara, está adornada por diferentes capas horizontales que imitan el coral y por las que pasa la luz creando un interesante juego de sombras. En el interior, un elegante despliegue de mobiliario de las mejores firmas italianas: B&B, Flexform, Flos, Maxalto, sobre suelos y paredes de ónix verde traído de Irán, granito negro de Mongolia y los mejores mármoles italianos cortados a libro.
Las habitaciones son de un gusto exquisito y siguen el mismo nivel de detalle, calidades y acabados. Las amenities están realizadas en exclusiva para el resort, mantas de cashmere descansan sobre las camas y las alfombras están hechas a mano. Los minibares son preciosos baúles de piel de Bulgari. Todo parece hecho con el mismo nivel de calidades, artesanía y precisión que una joya de la firma romana.
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