El déficit de mano de obra en el sector de la fabricación e instalación de encimeras de cocina es uno de los principales caballos de batalla de los empresarios marmolistas. La ausencia de formación reglada en la mayoría de provincias españolas, de cursos de especialización técnica y la falta de una oferta a estimulante para atraer a jóvenes al sector, está dificultando el desarrollo y relevo generacional. Hablamos con representantes de asociaciones regionales de marmolistas para conocer los puestos más demandados, las dificultados para reclutar personal y las soluciones que proponen.
Javier del Rio, vicepresidente de la Asociación de Mármoles de ASOEMAR, Asociación de Empresarios Mármoles de A Coruña, afirma que desde hace algunos años la contratación de personal específico para este sector “está pasando serias dificultades debido a la escasez de trabajadores con experiencia y a la falta de formación de los jóvenes”. También apunta al poco atractivo del trabajo de marmolista por realizarse “siempre en húmedo, en contacto con polvo y exigir también la manipulación de pesos”.
Santiago Torres, presidente de la Asociación Catalana de Marmolista constata la dificultad de encontrar candidatos. “Si los encuentras, tienes el miedo de acabar teniendo que pagar por una silicosis que no se ha provocado en tu taller”.
Emilio Suárez, presidente ASAMA, la Asociación de Empresarios Marmolistas de Asturias, señala que “tenemos un gran problema para encontrar mano de obra y va a ser un problema muy grave, según se vayan jubilando los oficiales que tenemos”.
Perfiles
Los perfiles que más cuesta encontrar son los relacionados con personal cualificado para el manejo de máquinas de corte y cnc. “El resto de los puestos, aunque también cuesta encontrar, hay más abanico de candidatos donde encontrar que quiera aprender un oficio”, indica Javier Del Río.
El perfil que más se busca para Emilio Suárez “es el de persona joven con ganas de trabajar y aprender un oficio”.
En opinión de Santiago Torres, la solución pasaría por “recuperar la figura del aprendiz, con un coste muy bajo de Seguridad Social y de nómina”. Emilio Suárez comparte esta valoración y echa en falta la figura del aprendiz o los contratos de formación.
La falta de formación de esta profesión sumado a las jubilaciones ha impedido una reposición de la mano de obra. Los salarios, dependientes del convenio provincial al que esté acogido la empresa, ronda los 21.000- 22.000 euros brutos.
Santiago Torres apunta a que “hay muy pocas posibilidades de formación, la figura del aprendiz ha desaparecido y los profesionales que desaparecieron durante la crisis, se han recolocado en trabajos menos duros”.
“Es una pena, pero no hay formación de ningún tipo para los futuros trabajadores de talleres marmolistas, aunque si los vemos en otros oficios como mecánica, electricidad, etc. Indudablemente un ciclo de formación profesional dual podría ser la solución más adecuada para cubrir las necesidades de este sector que actualmente demanda mano de obra cualificada”, explica Javier del Río.
El INEM y los anuncios en portales específicos de ofertas de empleo suelen ser las vías a las que recurren los empresarios marmolistas para la contratación de personal. “El sector de la construcción también aporta un perfil donde puedes encontrar algún «becario» con ganas de aprender ya que también es un sector donde igual que el marmolista requiere un esfuerzo en la manipulación de piezas, instalaciones etc”, apunta Javier.
Santiago Torres afirma que muchos marmolistas de la zona, “preferimos pedir ayuda a marmolistas amigos, que aumentar la plantilla”.