El Gobierno de Gibraltar ha sacado a concurso la adquisición de 55.000 toneladas de piedra natural para finalizar el proyecto de protección costera y preservación de la playa de Sandy Bay.
Las condiciones de licitación del suministro de esta nueva partida fueron publicadas en el boletín oficial del Peñón el pasado 13 de marzo y la oferta económica más baja que se presente antes del próximo 2 de mayo se llevará el contrato. El Gobierno español prohibió que ninguna empresa española pueda presentarte al contrato y el suministro solo puede hacerse por mar.
Hasta la fecha los principales proveedores de piedra han sido empresas portuguesas.
Cualquier compañía que no sea española puede optar a este contrato, que sólo pone como condiciones que el vencedor entregue el lote completo.
Las 55.000 toneladas de rocas tienen un precio en el mercado de unos 300.000 euros. La tonelada se vende a entre cinco y seis euros, dependiendo de la calidad. La más común en los rellenos es la roca caliza. Se trata de uno de los materiales más baratos que existen en el segmento de los áridos y areniscas por su gran abundancia. De hecho, lo más caro es el transporte, que puede superar el precio del propio producto. Lo habitual es que las rocas acaben siendo suministradas desde Portugal o Marruecos y en un solo envío, para abaratar al máximo los costes.
Según el Gobierno gibraltareño se han construido ya dos espigones de unos 100 metros para estabilizar la playa y de este modo evitar el riesgo de que las casas que se encuentran en la costa se desplacen o caigan al mar. Además también se está emplazando un rompeolas submarino de un metro de altura que irá de norte a sur entre los espigones.