Los 32 canteros, talladores, canteros y escultores agrupados en la asociación Pierre de Bourgogne están firmemente decididos a hacer valer sus derechos sobre la indicación geográfica (IG) obtenida en junio de 2018, la cual garantiza el origen auténtico de la roca. Este esfuerzo, liderado por Fabrice Descombes, presidente de la asociación, representa un movimiento colectivo que abarca al 95% de los protagonistas del sector. Su objetivo es claro: salvaguardar el tejido industrial local, el cual se ve amenazado por la competencia internacional que ha debilitado su posición tanto en contratos públicos como en mercados privados.
La competencia desleal, que incluye la usurpación del nombre protegido, plantea un desafío significativo para estos artesanos. Junto con otros sectores que enfrentan problemas similares, como los especialistas en artículos de lujo, los operadores de Borgoña están emprendiendo una defensa activa de su IG. Este esfuerzo, sin embargo, representa una tarea ardua y constante, absorbiendo el 40% del tiempo del secretario general de la asociación.
Localizar a los infractores, especialmente online, y buscar soluciones mediante la mediación son actividades que ocupan una parte importante de los esfuerzos de la asociación. Aunque en su mayoría las situaciones se resuelven de manera amistosa, la asociación no duda en tomar medidas legales cuando es necesario, habiendo obtenido ya victorias significativas en los tribunales contra empresas que han infringido la IG.
El último desafío al que se enfrenta la asociación es un caso pendiente contra una gran marca de bricolaje que facilita la comercialización de productos falsificados bajo el nombre de Pierre de Bourgogne a través de su plataforma de mercado. Una sentencia favorable en este caso podría sentar un precedente importante, reconociendo la responsabilidad de las plataformas en la venta de falsificaciones, incluso cuando se amparan en su condición de marketplace.
La lucha de la asociación no solo busca proteger su nombre y su industria, sino también devolver la visibilidad a los verdaderos actores del sector. La batalla no se limita solo a las piedras; productos tan variados como PVC, pomos de puertas y hormigón premezclado se venden ilegalmente bajo la marca Pierre de Bourgogne, aprovechándose de su alta visibilidad en los motores de búsqueda. En este sentido, la lucha por hacer respetar la IG no solo es una cuestión de justicia comercial, sino también de preservación de la integridad y la autenticidad de un sector vital para la economía local.