La candidatura de la técnica de construcción de la piedra en seco a Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad ha sido presentada a la UNESCO para que sea evaluada en 2018 por el Comité Intergubernamental de Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial.
Se trata de una candidatura internacional impulsada por Chipre y Grecia y a la que se han sumado Croacia, Suiza, Eslovenia, Francia, Italia y España, donde además de la candidatura valenciana, están Cataluña, Baleares, Aragón, Extremadura, Andalucía, Canarias, Galicia y Asturias, ha informado la Generalitat en un comunicado.
La técnica de la piedra en seco es un sistema de colocación ordenada de unas piedras sobre otras, sin labrar, trabadas sin argamasa de compactación y solamente sustentadas por su propio peso y la solidez que confiere la correcta disposición constructiva.
En el territorio valenciano hay numerosos elementos con esta técnica que representa un extraordinario legado cultural, cuya protección es necesaria y que la Generalitat ya declaró Bien de Relevancia Local Inmaterial.
Esta singular técnica constructiva forma parte de los conocimientos y actividades tradicionales y surge de una economía de subsistencia ligada a otras actividades agrícolas y ganaderas que ejemplifica el aprovechamiento de los recursos en el entorno.
Se ha ido transmitiendo de generación tras generación una serie de conocimientos, técnicas y prácticas que, en su conjunto, conforman la técnica constructiva de la piedra en seco. Su transmisión se produce, tradicionalmente, de forma oral y en un contexto de aprendizaje informal.
Ligado a ello, existe otro componente inmaterial muy valioso, como es el del léxico relativo a herramientas, elementos constructivos, técnicas específicas, que presenta variaciones fonéticas y semánticas en los distintos lugares de nuestro territorio en los que se manifiesta este bien.
En cuanto a su relación con el entorno natural, aunque la edificación en piedra seca carece, aparentemente, de planeamiento formal, sí que se ejerce una actuación consciente sobre el medio, que ha dado lugar a la generación de paisajes antrópicos en los que las construcciones de piedra seca se adaptan e integran en el entorno.
En las comarcas del norte de Castellón se encuentran algunas zonas donde una alta densidad de estos elementos constructivos, como las áreas de Vinaròs-Sant Jordi, en el Baix Maestrat; Tírig-Catí-Albocàsser, en l’Alt Maestrat; y Vilafranca-Castellfort, en la comarca dels Ports de Morella.
No obstante, casi todos los municipios castellonenses tienen en sus términos elementos de esta arquitectura de la piedra en seco, destacando el término de Vilafranca con un paisaje construido en piedra en seco muy destacable, además de contar con un museo y rutas dedicadas a esta técnica.
En las comarcas de Alicante destacan los municipios de Callosa d’en Sarrià, Novelda, Crevillent o el Pinoso, con numerosos ejemplos de ribazos, refugios agrícolas o refugios de cantero, construidos en esta técnica y asociados a la antigua extracción minera.
También son numerosos en las comarcas de la provincia de Valencia, entre las que destaca el municipio de Enguera, con un gran número de refugios, llamados cucos, repartidos por todo su término.