La cúpula del Capitolio Nacional de Cuba andamiaje resultado del proceso de restauración al que va a ser sometido. Un restauración que durará cinco años, va a suponer una inversión de 6 millones de dólares según la Oficina del Historiador de La Habana, organismo encargado del proyecto.
Doscientos operarios trabajan en la restauración del Capitolio, centrada actualmente en el desmontaje y reparación de todas las cubiertas del edificio para impermeabilizarlas y resolver los problemas de filtración de agua.
Muy pronto comenzará la tarea en la cúpula, que se eleva más de 90 metros desde el nivel de la calle y que por su altura y diámetro es la sexta del mundo: de acuerdo a cronistas locales, en el momento de su construcción solo la superaban en su estilo la de San Pedro en Roma y la de San Pablo en Londres.
Tres meses se ha tardado en instalar el andamio que ahora la cubre, una compleja estructura metálica preparada para soportar vientos de hasta 150 kilómetros por hora y a prueba de rayos y tormentas.
Este edificio de 43.000 metros cuadrados fue inaugurado en 1929 durante la presidencia de Gerardo Machado, y está ubicado en una céntrica zona de la capital cubana (entre su casco colonial y el populoso barrio de Centro Habana) y se considera una réplica casi exacta del estadunidense.
Dicen que construirlo costó 16 millones de dólares de la época y que se emplearon cinco millones de ladrillos, 150 mil bolsas de cemento, 3.5 millones de pies de madera, 38 mil metros cúbicos de arena y 3 mil 500 toneladas de acero natural, junto a generosas cantidades de mármol, bronces y maderas nobles para sus escaleras, columnas, pórticos, mobiliario y lámparas.
El resultado fue un colosal edificio de clasicismo ecléctico, al que se accede, en su entrada principal, por una escalinata de granito de 55 peldaños flaqueada por dos conjuntos escultóricos del italiano Ángelo Zanelli.
De Zanelli es también la impresionante estatua «La República» ubicada en el magnífico Salón de los Pasos Perdidos: con casi 15 metros de alto y un peso de 30 toneladas es una de las esculturas más grandes bajo techado del mundo.
Tras triunfar en 1959 la revolución que lideró Fidel Castro, se disolvió el antiguo Congreso y el Capitolio pasó a albergar la Academia de Ciencias de Cuba y posteriormente el Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente.
Para la Oficina del Historiador, que ha llevado a cabo importantes remodelaciones en La Habana sobre todo en su casco antiguo, el del Capitolio es uno de los trabajos de restauración más importantes por la complejidad técnica derivada del gran tamaño del edificio y la profusión y riqueza de sus elementos ornamentales y decorativos.