El Gobierno de Navarra comenzará el próximo mes de marzo los trámites para la licitación y la adjudicación de las obras de recuperación del claustro románico de Tudela. Así lo dio a conocer el consejero de Cultura, Sánchez de Muniain. La inversión prevista será de 650.000 euros para acometer la primera fase de estos trabajos. La primera actuación será la reparación de las cubiertas para tratar de detener las actuales filtraciones y mejorar las condiciones de protección de los capiteles. El estado de las cubiertas es delicado y el acceso ha sido cerrado al público por razones de seguridad.
Una vez finalizada esta actuación está previsto realizar los trabajos para mejorar las condiciones de este espacio, uno de los que más valor tienen del patrimonio navarro, y permitir abordar la restauración de los capiteles. Finalmente se realizarán el resto de intervenciones previstas, consistentes en la reparación del artesonado, la restauración del jardín, ventilación del pavimento, limpieza y reparación de los muros perimetrales y carpinterías, e instalación de electricidad e iluminación.
Estas dos últimas fases de la restauración del claustro se llevarán a cabo en próximos ejercicios. El Ejecutivo anunció en diciembre que las obras podrían comenzar en el mes de abril y se espera que el montante global de todas las fases alcance los 1,8 millones de euros en tres ejercicios consecutivos.
El claustro de Tudela en donde la protagonistas es la piedra arenisca sufre un importante deterioro por efecto de la mezcla de la piedra arenisca con el cemento portland que durante décadas empleó la institución Príncipe de Viana y que en los años 50 se usó para rehabilitar el claustro y otras partes del templo. Ésta es la conclusión que ofreció el experto geólogo Josep Gisbert, que realizó un estudio para el Gobierno de Navarra sobre el mal que sufre esta catedral y que hace que los bajorrelieves se cuarteen como si fueran galletas. «El 15% de los daños que sufre el claustro tuvieron lugar entre 1160 y 1920, el 85% restante en los últimos 50 años (1950-2000)», explicó Gisbert durante su presencia en la capital ribera y añadió que «el cemento portland ha sido demoledor para el patrimonio». Desde hace dos años unas mallas recogen los fragmentos de las figuras del nuevo testamento que cuyo daño se incrementa cuando se producen bruscos cambios de temperatura.