La disputa de más de diez años entre ambientalistas y empresas que extraen mármol en el Parque de los Alpes Apuanos italianos marca un punto y aparte a favor de las explotaciones.
El Consejo de Estado italiano, con la sentencia publicada el 20 de agosto sobre el recurso de casación de seis asociaciones ambientales, aclaró de una vez por todas que la protección del medio ambiente no es un «valor final y absoluto» que prima sobre todos los demás -considerando la función de la mejora de las condiciones de vida de las comunidades locales – y por lo tanto debe y puede armonizar con las actividades económicas existentes. Básicamente, las canteras son compatibles con las necesidades de conservación del territorio.
Los jueces administrativos recuerdan el fundamento de la ley de 1997 que establece el Parque de los Alpes Apuanos: «No existe un predominio normativo sistemático y absoluto del valor naturalista como tal, al que todos los demás intereses en competencia deben someterse necesaria e inextricablemente -escriben-: por el contrario, la ley apunta a lograr una relación «equilibrada» entre las necesidades de protección ambiental lato sensu intese y las actividades antrópicas, en el interés primordial de la población local».
Una población que lleva siglos extrayendo mármol y de ahí su fuente de riqueza, escriben los jueces, atribuyendo a las actividades de excavación una «importancia cultural e identitaria que no hace macroscópicamente ilógica su protección o, al menos, su consideración normativa».
De ahí el rechazo de la apelación al Consejo de Estado presentada por los ambientalistas contra la sentencia del TAR Toscana n. 342 de 19 de marzo de 2020, que ya había visto sucumbir las asociaciones Mountain Wilderness Italia, la Sociedad Italiana de Geología Ambiental, Amigos de la Tierra Italia, Verdi Medio Ambiente y Sociedad, Lipu, Centro Guido Cervati, Centro Cultural La Pietra Living y Club. Alpino Italiano.
En el corazón de la sentencia TAR, así como en la del Consejo de Estado, está la disposición del plan de paisaje regional en la parte en la que permite la apertura de nuevas canteras, la reactivación de canteras en desuso y la ampliación de canteras existentes en las cuencas de extracción ubicadas dentro del Parque Natural de los Alpes Apuanos, en particular en las áreas indicadas como «áreas contiguas de canteras».
El llamamiento de los ecologistas se había presentado contra la Región Toscana, el Ministerio de Patrimonio Cultural y la empresa Henraux de Querceta (Lucca), la principal empresa minera que opera dentro del Parque de los Alpes Apuanos y que ahora se regocija: «De manera incontrovertible esto es una frase que da razón a la industria – afirma Paolo Carli, presidente de Henraux – a esta industria que tiene una profunda y antigua razón de ser y que representa con orgullo la belleza y la singularidad del Made in Italy en todo el mundo ».
Henraux spa, asistido por la abogada Cristiana Carcelli y Natale Giallongo representó y defendió, tanto en primera instancia ante el TAR de Toscana como ante el Consejo de Estado, a todo el sector de las canteras de mármol.
El Consejo de Estado en el Poder Judicial ha señalado, subraya la empresa, que «las áreas contiguas a la cantera no son un área protegida y que no hay ningún daño a los valores de protección del paisaje y la salud». «Las áreas de canteras contiguas no forman parte del Parque en sí, aunque estén ubicadas geográficamente dentro de su perímetro. Ley no. 65 de 1997, con la que se estableció la Autoridad del Parque en ese momento, de hecho, ha excluido las áreas de canteras contiguas del área natural protegida”, según la sentencia.
