El grupo municipal de Chunta Aragonesista (CHA) en el Ayuntamiento de Caspe (Zaragoza) presentó en el pleno del consistorio una iniciativa para solicitar a los departamentos de Medioambiente e Industria del Gobierno de Aragón que no autoricen la apertura de la cantera de arenisca prevista en las inmediaciones de esta localidad zaragozana.
La moción también recoge la necesidad de remitir al Instituto Aragonés de Gestión Ambiental (INAGA) el acuerdo plenario para que consideren la paralización del proyecto, así como a la Confederación Hidrográfica del Ebro y a la Comunidad de Regantes CIVAN, afectados directos de esta cantera.
La instalación de esta cantera de arenisca con fines ornamentales en el paraje llamado La Vuelta de Roldán ha motivado la protesta de los vecinos de las huertas denominadas Zaragoceta y Miraflores, ha apuntado CHA en una nota de prensa.
Las reservas netas de arenisca en bloque de la explotación se estiman en 10.814,98 m3 (8.693,77 m3 en la Zona 1 y 2.121,21 m3 en la Zona 2). Para una producción anual media neta estimada de 500 m3, que en cualquier caso variará en función de la demanda de recurso, la cantera puede estar operativa, hasta el agotar sus reservas, unos 22 años.
La cantera se sitúa en la parcela 384 del polígono 21 del catastro de rústica de Caspe. La cabida de la parcela es de 18,28 hectáreas, si bien la zona afectada por el aprovechamiento ocupa una superficie de 1,45 hectáreas.
«El impacto que puede tener una explotación de este tipo en un paraje singular que debería estar protegido paisajísticamente en el nuevo plan de urbanismo puede provocar daños medioambientales graves además de molestias, contaminación y un deterioro considerable de la redes viales de la zona al ser transitados por decenas de camiones de gran tonelaje», ha afirmado el portavoz municipal de CHA, Rafael Lumbreras.
«En la zona existen asentamientos permanentes de familias que sufrirían las consecuencias, puede que irreversibles, de esta explotación; también se ubica justo al lado de la pretendida cantera una casa rural que funciona desde hace años y que promociona Caspe y todo el entorno de las huertas, el pantano», ha advertido este grupo.
Esta instalación hotelera «se vería abocada al cierre si esta explotación se pone en marcha ya que el polvo, el ruido y los transportes pesados adueñarán del entorno y, además, se destruirán puestos de trabajo tan necesarios en la actualidad».