La promotora Novo Hábitat ha desarrollado un proyecto para la construcción de más de 200 viviendas del que ya tienen conocimiento en el Ayuntamiento de Burgos en el solar de la vieja Piedras y Mármoles, una de las entradas más degradadas a la capital burgalesa.
Fuentes de la empresa, vinculada a Riodaser, explican que su intención es desarrollar por el momento dos bloques con 80 viviendas cada uno, mientras el ritmo de construcción del tercero dependerá de la evolución de las ventas en los dos anteriores. Dotados de piscina comunitaria y zonas infantiles, serán viviendas colectivas de 1 a 4 dormitorios. Si todo va bien y logran los permisos municipales con agilidad, la intención sería comenzar la edificación «el año que viene», siempre según explican desde la promotora.
La promoción ocupa la parcela situada en la denominada calle Ventosa, que se convierte en la calle Madrid a medida que se acerca al centro de la ciudad. Una de sus características es estar situada sobre un talud de importante pendiente que desciende hacia las torres construidas hace más de una década en el parque Europa, junto a las cuales discurre la vía verde del antiguo Santander-Mediterráneo que comunica la zona sur con Cardeñadijo.
El concejal de Licencias, Julio Rodríguez-Vigil, relata a este respecto que hace unas semanas se reunió con representantes de Riodaser, quienes le plantearon la posibilidad de habilitar la entrada a los garajes (que estarían situados en la parte baja del talud) junto a la mencionada vía verde. Esa posible afectación, a juicio del edil, tendrá que ser consultada ante el Ministerio de Transición Ecológica por ser este organismo estatal quien tiene competencias sobre los trazados ferroviarios en desuso.
A la espera de ver cómo se resuelven esta y otras posibles dificultades, la empresa acaba de iniciar su comercialización y con ello, al menos, aporta una imagen esperanzadora de cómo podría cambiar un entorno que lleva muchos años abandonado.
El solar es una de las víctimas más famosas de la crisis inmobiliaria que se inició en 2008. Hasta que se produjo el ‘crack’ de aquellos años, los antiguos promotores del solar pensaban levantar alrededor de 200 viviendas repartidas en cuatro pequeñas torres, que ahora los nuevos impulsores de la parcela han simplificado en tres bloques.
El desarrollo residencial resultaba prometedor en un entorno situado en la principal salida y entrada de la capital hacia Madrid, pero los problemas de liquidez dieron al traste con lo proyectado, toda iniciativa se paralizó y la mayor parte del terreno acabó en manos de la Sareb, el popularmente conocido como ‘banco malo’.
Hace un año, en junio de 2020, la parcela salía a subasta por unos 20 millones de euros, un precio que los conocedores del sector consideraron totalmente excesivo a la vista de la repercusión de 100.000 euros por vivienda que generaría. Aquella subasta concluyó sin pujas pero, en algún momento de estos últimos meses, ha sido vendida a sus actuales promotores por un precio que no ha trascendido.
