Raúl Rivas, profesor titular del Área de Microbiología de la Universidad de Salamanca, y José David Flores, investigador predoctoral del Departamento de Microbiología y Genética, han obtenido el primer premio en la 31ª edición de los premios de investigación “Julián Sánchez el Charro” por su investigación: “Una bacteria puede ser aplicada para biorestaurar y bioproteger el Patrimonio Artístico y Monumental de Ciudad Rodrigo”.
El trabajo comenzó al realizarse en 2013 y emplea bacterias aisladas de monumentos y canteras de areniscas mirobrigenses. Las bacterias básicamente lo que hace es regenerar la piedra dañada. Estas bacterias han demostrado poseer cualidades para ser utilizadas en procesos de biorestauración, bioconservación, bioconstrucción y bioingeniería. De esta manera, se muestra un futuro prometedor para el empleo de bacterias en la recuperación y conservación del Patrimonio de una manera sostenible mediante materiales como los biomorteros y biocementos.
En principio esta técnica solo se está aplicando a la piedra de Ciudad Rodrigo pero consideran que también podría hacerse con la areniscas de Villamayor. “En principio, nos hemos centrado en la Ciudad Rodrigo, porque es una ciudad con mucho patrimonio, la tenemos cerca,… consideramos que los monumentos tienen un cierto peligro y nos pareció que era interesante y creíamos que podíamos ayudar. Además, es una piedra muy característica, no es como la de Villamayor, pero sí tiene similitudes. Por esta razón, si que podría ser extrapolable a la de Villamayor”, explica Rivas.
Para que funcione esta técnica con bacterias, la piedra natural tiene que tener un componente carbonatado. Lo que hace la bacteria es crear carbonato cálcico. En el caso de la arenisca de Villamayor no tiene ese componente carbonato cálcico, pero tiene una naturaleza sedimentaria, con muchos poros que podrían ayudar a hacerla más íntegra y resistente frente a agentes ambientales adversos.