UGT Ávila ha comunicado su disconformidad con la explotación minera de minerales no energéticos en la provincia con motivo de la presentación en los últimos meses de varias solicitudes de tramitación de permisos de investigación para prospecciones mineras en distintas sierras de Ávila.
Estas solicitudes han desencadenado la movilización social y desde el sindicato parten de la base de que la explotación minera en la provincia de Ávila «no puede ser considerada un sector estratégico económico de desarrollo industrial».
Si bien reconocen que los recursos locales son fundamentales para lograr un desarrollo sostenible, especialmente en la zonas rurales, y que dentro de esos recursos de manera generalizada se encuentran la piedra natural y los recursos minerales y energéticos, recuerdan que los recursos agrarios y los forestales son los que aportan un mayor peso en las cifras de empleo en nuestra provincia.
Para UGT «el único afán que pueden tener algunas empresas es el de hacer negocio a través de su intermediación con la posible obtención de derechos de explotación de ciertos minerales que poder ofrecer a las industrias cerámicas y del vidrio».
Esta organización sostiene que la estructura productiva local «debe basarse primero en poner en valor los recursos que tradicionalmente venimos explotando, como la ganadería extensiva e intensiva, potenciar los que están implantados dentro del sector agroalimentario, apostando por su mantenimiento y modernización, así como enfocar nuevos objetivos como puede ser la industria turístico- cultural o aquella que tiene que ver con la salud y la calidad de vida».
Por todo ello la Unión General de Trabajadores de Ávila insta a la administración regional para que culmine la regulación de una normativa propia que ordene la utilización de los recursos minerales y que evite toda actividad extractiva que no esté basada en la protección del medio ambiente, incluyendo en la misma la debida protección de los hábitats naturales, la calidad de vida de las personas que habitan los núcleos rurales, de la flora y fauna silvestre o de las infraestructuras existentes y del patrimonio cultural «y que impida especular con nuestras tierras y nuestras gentes».