Andrés Jaque Architects transforma el antiguo garaje del edificio más significativo de Luis Gutiérrez Soto (1946), localizado en el centro geográfico de Madrid, en la tienda Rómola que encarna una pastelería, café y restaurante experimental. El diseño recupera el volumen y la estructura del edificio generando un espacio de 5 metros de altura con grandes huecos a la calle y donde el mármol italiano suministrado por una empresa española de piedra es el protagonista.
El proyecto es el resultado de la movilización cuidadosa de una red de artesanos en peligro de extinción. De barnizadores capaces de aplicar gomalaca a muñequilla, de chapadores de madera que se atreven con chapados radiales de hoja de olivo, de marmolistas que son capaces de colocar en despieces especulares piezas de más de dos metros de alto y solo 20 mm de espesor. En un interés por apoyar a un contexto artesanal en vías de extinción, el proyecto reintroduce en el ecosistema de la ciudad el espacio disidente de la Cafetería como una resistencia a la hegemonía corporativa de lo cerámico.
En lo que ha supuesto un desafío de ingeniería, el proyecto lleva esta capacidad hasta su límite creando una tienda de campaña autoportante de mármol. La tienda de campaña cobija las mesas para los clientes y permite que otros usos, como cocinar, se organicen en un área en forma de C en su perímetro.
Ficha técnica
Tienda de mármol hecha con Calatata Statuaretto de hasta 1,71 cm de alto y 20 mm de espesor, reforzada con fibra de vidrio y resina de poliéster.
Paneles de 1. poliestileno de espejo de 1,5 mm, 2. Acustifiber F25 de 25 mm, 3. paneles de madera de olivo encerados a mano de 1,5 mm.
DWL Suelos continuos de linóleo.
Aberturas industriales motorizadas en fachada por Nueva Castilla.
Todo el mobiliario diseñado y producido por la Office for Political Innovation en colaboración con Tecnologías del Acero S.L., Tapicerías Barajas, Areniscas Crema, Barnizados A Muñequilla Germán, Maderas Agulló, Micefrío, Tapicerías Pepe Barrientos.
Paisajismo por Desert City y Los Peñotes.
Fotografía: Miguel de Guzmán y Rocío Romero. Imagen Subliminal