El sector de la construcción continúa sufriendo un goteo constante de cierre de empresas y número de concursos de acreedores. De enero a mayo, han sido 2.015 empresas las que han entrado en procesos de disolución aparejados al cierre.
Hasta abril la cifra había sido de 1.715. Por lo tanto, en mayo se han sumado otras 300 compañías. La media, en lo que va de año, es de 400 cierres al mes. Esto son datos de Iberinform que ponen de relieve que tanto el sector de la construcción como el inmobiliario son los que registraron un mayor número de disoluciones.
Del total de 14.395 acaecidas entre enero y mayo, un 21% (es decir, una de cada cinco) correspondieron a dichos sectores. En concreto, un 14% para construcción (las ya citadas 2.015) y el 7% restante para inmobiliario.
Por lo que respecta a los procesos concursales publicados en el BOE, y seguidos por Iberinform, hasta mayo fueron de 2.697. De esta cantidad, construcción e inmobiliario suponen el 24%. En concreto, construcción representa un 19%. Es decir, 512 empresas. E inmobiliario, el 5% restante.
Hasta abril, el número de concursos de acreedores había sido de 401 en el sector de la construcción. Por lo tanto, en mayo se han sumado 246 concursos más. La media, en lo que va de año, es de 130 concursos al mes.
Causas
De enero a mayo, el número de concursos de acreedores en el sector de la construcción ha aumentado un 29% y ya representan una de cada cuatro del total. En el caso de las disoluciones, son una de cada cinco.
Varios son los factores que están afectando al sector. Uno de ellos es la subida de las materias primas. Un incremento que no es consecuencia directa de la guerra que se está desarrollando en Ucrania, porque era un problema anterior.
Desde enero de 2020, a marzo de 2022, el incremento de precio de la madera ha sido del 227%; del 125%, en aluminio; del 93%, en acero; y del 77%, del cobre. Así lo recoge Seopan (Asociación de Empresas Constructoras y Concesionarias de infraestructuras) en su informe del año 2021-2022. La patronal habla, además, de un “agravamiento de esta tendencia” en el primer trimestre de 2022, sobre todo en aluminio, acero y cobre.
Una situación que llevó a que dos de cada cinco empresas tuvieran que cancelar o paralizar obras debido a que no podían hacer frente a tamaña subida. No fueron ni dos ni tres, sino que esa paralización afectó a casi 500 obras, según la Confederación Nacional de la Construcción (CNC). El valor de dichas obras superaba los 230 millones de euros.
La subida de la energía también ha tenido responsabilidad. En ese mismo periodo, de enero de 2020 a marzo de 2022, el incremento en el precio de la electricidad ha sido del 1.224%; del 1.163%, en el gas; del 84%, en el petróleo; y del 28%, en el gasoil.
“El considerable repunte en los costes de los materiales y la creciente escasez de mano de obra en el sector de la construcción, que está llevando a la ralentización e incluso paralización de algunas obras en marcha, podrían producir aumentos adicionales en el precio de la vivienda nueva durante el presente año”. Así definió la situación el Banco de España en uno de sus informes.
Mano de obra
Esa preocupante escasez de mano de obra se traduce en un déficit de 700.000 personas. Y eso que en 2021 se llevaron a cabo 1,14 millones de contratos de trabajo (un 4,8% más que en 2020). Pero bajó un 7,8% respecto a 2019.
Los datos corresponden a la Fundación Laboral de la Construcción. Y alerta de que, de no conseguir alcanzarlos, la productividad y la competitividad del tejido empresarial están bajo amenaza.