La sociedad Ingemarga S.A., con sede en la localidad lucense, así como de la planta de Guipúzcoa (Ingemar S.A.) y la distribuidora (Corporación Ingemar S.A.), domiciliadas en San Sebastián están pendientes de la concesión de nuevas líneas de crédito que les permitan mantener la actividad y responder a la actual cartera de pedidos.
Las empresas agotaron el plazo de preconcurso después de que sus accionistas no procedieran a la ampliación de capital de un millón de euros acordada para salvar la empresa.
La plantilla de Ingemarga, ubicada en el municipio lucense de Guitiriz, esperan desde hace días noticias de la administración concursal de la empresa en relación con las líneas de crédito que ha solicitado para mantener la actividad productiva de la granitera, porque de ello también depende que cobren el salario correspondiente al mes de enero.
El secretario comarcal del sector de la Construcción de la CIG en Lugo, Alfonso Losada, reconoció que «la empresa está pendiente de la concesión de esas líneas de crédito» para comprobar si tiene los fondos necesarios para «trabajar día a día» y hacer frente a los pedidos de los clientes. «Esa es la idea, al menos, de la administración concursal», dijo el representante sindical.
Por su parte, los trabajadores de la planta de Usurbil están interesados en que «la dirección del grupo presente un convenio que garantice la posible entrada de un inversor y adquiera el compromiso de mantener la planta productiva tal y como refleja el acuerdo alcanzado en noviembre».
En ese plan se establecía que a partir de 2018 la planta de Usurbil contaría con 51 trabajadores ya que entre 2016 y 2017 se deberían ejecutar 26 prejubilaciones. Para que se cumpla ese plan el comité de empresa también ha solicitado a las instituciones (Gobierno Vasco, Diputación y Ayuntamiento de Usurbil) «que continúen con su trabajo tal y como lo han hecho hasta ahora y ayuden a la entrada de un posible inversor que vea viable la planta productiva de Ingemar».