Las nuevas normativas de la ciudad de Kehl (Alemania) sobre la aplicación local de la Covención contra el trabajo infantil representan un problema para el sector de los marmolistas alemanes, ya que debe probar que las lápidas que comercializan fueron producidas sin que hayan intervenido manos infantiles.
Los marmolistas compran piedras de unos 80 países. “De todo el mundo”, subraya Egon Meffle, maestro marmolista de la ciudad “y obtener un certificado para cada material, para cada piedra, no es nada fácil”. Por eso, en su carácter de maestro mayor de la corporación de marmolistas de Kehl, Meffle presentó un recurso contra el nuevo reglamento de la ciudad.
El consejo de la ciudad de Kehl parte de que las piedras producidas en Europa no son producto del trabajo de niños, pero para las piedras de otros países sí exige un “certificado confiable e internacionalmente reconocido”. En Septiembre, resolvió reconocer a los sellos “Xertifix”, de India, y “Fair Stone”, de India, China, Vietnam y Turquía, como dignos de confianza.
El alcalde mayor de Kehl, Günther Petry, cree que «la ley prescribe determinadas certificaciones, y los marmolistas deben utilizar las piedras de empresas que cumplan con esa certificación. Entonces no tendrán problemas». No es seguro que Egon Meffle tenga éxito en la presentación de su recurso de amparo. El Estado de Baden-Württemberg acaba de cambiar su Ley de Sepulturas y, en lo sucesivo, los municipios tienen derecho a prohibir explícitamente el uso de lápidas confeccionadas a partir de piedras que provengan del trabajo infantil. En el Estado del Sarre y en la ciudad de Bremen ya rige esa normativa, y Renania del Norte-Westfalia hará entrar en vigor un cambio de ley a principios de 2013.
El mayor problema en lo que respecta al trabajo infantil en las canteras de India, China y otros países no es la elaboración de piedras en bruto para fabricar lápidas, que por su tamaño y su peso son producidas por grandes máquinas. Los niños son explotados para recoger la lechada, o para picar la grava y los adoquines, según informa la organización Terre des Hommes.
En las tiendas, los alemanes pagan entre 20 y 30 euros por metro cuadrado de adoquines de India y China. También varias ciudades y municipios compran ese tipo de piedras, más baratas, contraviniendo la la Convención de la OIT. Según Egon Meffle, los adoquines hechos en Alemania cuestan por lo menos el doble.
Fuente: DW
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